Este proyecto se llevó a cabo con la fundación FUNDATUL, yo he sido la parte técnica y desde allí se realizó la parte social. La granja partió de un terreno en Rancho Limón, que era un secarral.
El sector primario fue hasta la primera mitad del pasado siglo pasado la forma mayoritaria de ganarse la vida, las familias vivían de lo que cultivaban y de lo que podían vender. En la actualidad, se ha convertido en un nicho donde la mayoría de la población no piensas como medio para ganarse la vida.
Con este proyecto de la creación de una granja de caracoles para personas con diversidad funcional se han intentado aunar un sector imprescindible para el mantenimiento actual del estilo de vida, el sector primario que nos aporta alimentos y un colectivo vulnerable que tiene restricciones a la hora de incorporarse en la vida laboral. Con esta granja de caracoles se trabaja para seguir manteniendo la rueda de la producción agropecuaria en activo y para que personas con características diversas encuentren una forma de inclusión laboral.